San Benito Menni

En la figura de San Benito Menni descubrimos a un hombre que supo traspasar fronteras haciendo de la globalización solidaria de la Hospitalidad una realidad. En su personalidad humana y espiritual, en su temperamento y carácter, en su espíritu, se descubre una gran riqueza afectiva.

Otro rasgo de su personalidad es su máximo dinamismo e interioridad de vida. Son dos rasgos que definen un carácter pasional con elevadas aspiraciones, grandes ideales y nobles sentimientos. Estaba, además, dotado de ideas claras y lúcidas, lo que le generaba un enorme impulso apostólico con una gran dosis de creatividad.

Todo esto, integrado en un gran sentido de Hospitalidad y conciencia de envío en Misión, le llevó a Restaurar la Orden de San Juan de Dios en España, Portugal y México y a fundar la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús.

Murió en Dinán (Francia), el 24 de abril de 1914. Fue beatificado el año 1985 y canonizado el año 1999 por el Papa Juan Pablo II, quien lo proclamó “Heraldo del Evangelio de la misericordia mediante el servicio a los hermanos enfermos y necesitados”.

El Padre Menni fue una verdadera lanza de la Hospitalidad, entre los años 1867-1903, sobre todo hasta que dejó de ser Provincial de España. A partir de esta fecha, se dedicó más intensamente a las Hermanas, pero nuevamente tuvo que asumir cargos de gran responsabilidad, Visitador Apostólico de la Orden y Superior general.

Anotamos algunas aportaciones de este periodo de la restauración y fundación de un nuevo rostro de la Hospitalidad en España. Ambos procesos se basan en:

  • Una concepción de la Hospitalidad como obra de misericordia para la persona de manera integral.
  • Una opción preferencial por dos ámbitos: los enfermos psíquicos y los niños raquíticos y escrofulosos.
  • La fundación de centros especializados, uniendo ciencia y caridad con una identidad cristiana.
  • Colaboración con el Estado en la implementación de la atención a estos sectores, aportando centros, una modalidad de atención y una organización y administración propias.
  • La renovación del carisma hospitalario de San Juan de Dios, del que logra sacar virtualidades para responder a las personas y a la sociedad en un nuevo contexto social y político, con los nuevos adelantos de la ciencia y la técnica.
  • A nivel espiritual, la Orden de San Juan de Dios brota nuevamente en su propia cuna, volviendo a la caridad hospitalaria, a la atención directa a los enfermos, al espíritu de fe que descubre a Jesús en sus pobres, a la entrega generosa y sacrificada.
  • De esta fuerza de la caridad que no tiene límites, el Espíritu inspira la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, que completa la obra de misericordia también con la atención directa a las mujeres por parte de Hermanas consagradas con votos en hospitalidad, haciendo de este servicio a las personas enfermas con dolencias psíquicas su “ámbito propio” de evangelización en la Iglesia. El Padre Menni la fundó el 31 de mayo de 1881.